jueves, 18 de junio de 2009

Este Blog está realizado y patentado por M.A.K (Movimiento de Amigos de Kepler).

Sabrán entender –mis queridos visitantes/lectores-, que el nombre que elegimos para nuestra agrupación, no es casualidad. Notesé que bien podríamos llamarnos A.A.K (Agrupación de amigos de Kepler) entre tantas otras opciones, pero nos resultó mucho más significativo M.A.K, en tanto todo lo que aquí vean, puede y debe asociárselo con movimientos.
Además consideramos que el lenguaje y el discurso tienen una fuerza cuasi inigualable, con lo cuál no sería lo mismo utilizar una u otra palabra para configurar –en este caso- nuestro perfil público. Teniendo en cuenta todo esto, citamos de manera textual ocho de las catorce acepciones que la Real Academia Española (en su vigésimo primera edición) le adjudica al término movimiento:


1. m. Acción y efecto de mover.
2. m. Estado de los cuerpos mientras cambian de lugar o de posición.
3. m. Alteración, inquietud o conmoción.
4. m. Alzamiento, rebelión.
5. m. Primera manifestación de un afecto, pasión o sentimiento, como los celos, la risa, la ira, etc.
6. m. Desarrollo y propagación de una tendencia religiosa, política, social, estética, etc., de carácter innovador. El movimiento socialista. El movimiento romántico...El movimiento de Amigos de Kepler, ¿por qué no?
7. m. Conjunto de alteraciones o novedades ocurridas, durante un período de tiempo, en algunos campos de la actividad humana.
8. m. Variedad y animación en el estilo, o en la composición poética o literaria.

No es nuestra intención dar información masticada y digerida, sino que será tarea para el lector (si así lo desease) el justificar –o no- la elección de nuestro nombre a partir de lo hasta aquí leido.

Ahora bien, como venimos anticipando, nos compete hablar de movimiento. Las discusiones al respecto se vienen dando desde hace mucho tiempo. Sería erróneo asociar el comienzo de las mismas con temas referentes al movimiento de los planetas o la gravedad. Mucho antes de que se empiece a hablar sobre estas cuestiones, nuestros amigos los griegos ya venían bastante empapados del tema.
Antes de que Newton hable de fuerza gravitatoria, los griegos explicaban estos movimientos desde otra lógica, desde su cosmovisión, su lógica de ser. Ellos hablaban de la búsqueda del reposo (paz) de las almas. Siguiendo esta lógica griega –bastante interesante, por cierto- los objetos tienden a caer al suelo (Al soltar una piedra, por ejemplo) porque es allí donde su alma está en paz; así como el fuego tiende a subir porque es en el sol donde encuentra su reposo.
La postura para muchos, hoy en día, es descalificar esta visión del mundo de los griegos, tildándola de mito. Entonces yo me preguntaría hasta qué punto no es un mito –según nuestra cosmovisión- que hay que ser famoso o tener mucho dinero para obtener reconocimiento social.
Las lógicas de ser de cada sociedad deberían ser respetadas por igual, ya que quienes la viven, no la viven como mito, sino como su propia vivencia, como la realidad. Desde esta línea argumental, sería tan válido descalificar a quien dice que la piedra busca su quietud en el suelo, como quien dice que si no sos famoso, no sos nadie…para pensarlo, ¿no?.


Para seguir hablando de movimientos, vamos a clasificarlos –de aquí en adelante- en dos grandes grupos:
- Movimientos Planetarios
- Movimientos Simples

Para hacer referencia al primer tipo de movimientos –esto es, los planetarios- conviene comenzar hablando de los sistemas de interpretación de movimiento de los astros.
Este es el momento en que aparece en escena el famoso y nunca bien ponderado “don Aristóteles”. Este reconocido filósofo macedonio, que nació en el 384 A.C y vivió hasta el año 322 A.C (hace poquito...) fue una gran persona. Sus descubrimientos no sólo fueron revolucionarios e importantísimos para su época, sino que –además- posibilitaron que Copernico, Brahe y Kepler –como veremos más adelante- queden como más capos todavía. Un tipazo, siempre pensando en los demás.
Esta teoría que formuló el amigo Aristóteles fue –nada más y nada menos- la Geocéntrica, según la cual la tierra es el centro del universo y los astros, entre ellos el sol, giran alrededor de ella.
Según Platón (maestro de Aristóteles), la Tierra era una esfera que descansaba en el centro del Universo. Las estrellas y planetas giraban alrededor de la Tierra en círculos celestiales, ordenados en el siguiente orden (hacia el exterior del centro): Luna, Sol, Venus, Mercurio, Marte, Júpiter, Saturno, demás estrellas.
Esta teoría geocéntrica estuvo vigente hasta el siglo XVI. En este lapso de tiempo, fue apareciendo algunos pensadores y astrónomos que intentaron avivar a la gente de que algo raro había con esto de que la tierra fuera el centro… de todos modos, en esas ocasiones aparecía la querida iglesia (que mucho poder no tenía en ese momento…¿?) y le dijo algo así como: “macho, quedate piola que nos viene bárbaro pensar que somos el centro del universo, no nos quites protagonismo que así estamos re contentos…”. Fue así como la iglesia, intentó frenar el avance de la astronomía, para poder perpetuar así la idea de tierra como centro. Un mecanismo que se empleó para lograr este perverso objetivo fue, entre otros, el de prohibir el libro de Copérnico, en 1616. ¿Por qué? Y, porque este muchachito había advertido que la tierra y los planetas giran alrededor del sol en órbitas circulares. Más adelante, veremos que esto no es tan así, pero este Copernico parece que algo del tema entendía…
Acá entra en juego el queridísimo Tycho Brahe, un astrónomo danés que vivió en el Siglo XVI, quien, siguiendo una lógica copernicana, posibilitó un gran avance en la astronomía. Los instrumentos diseñados por Brahe le permitieron medir las posiciones de las estrellas y los planetas con una precisión muy superior a la de la época. El tipo fue creciendo como astrónomo, y al enterarse que había un colega alemán que parecía entender alguna que otra cosa del tema, lo invitó a trabajar con él en Praga. Estamos hablando, ni más ni menos, de Johanes Kepler.
Tycho pensaba que el progreso en
astronomía no podía conseguirse por la observación ocasional e investigaciones puntuales sino que se necesitaban medidas sistemáticas, noche tras noche, utilizando los instrumentos más precisos posibles. Fue así como, por ejemplo, realizaron una minuciosa observación de Marte, que les permitió explicar muchas cosas, como ya veremos…
Ahora sí, pasamos a hablar de Kepler. Este astrónomo polaco, siguiendo la línea de pensamiento de su maestro Tycho Brahe y bajo una lógica copernicana, a través de la observación y la investigación, logró revolucionar la astronomía de la época, con descubrimientos históricos, que aún hoy siguen siendo importantísimos: las leyes de kepler.


A través de estas leyes, Johanes Kepler logra explicarle al mundo clara y precisamente el movimiento de los planetas alrededor del sol. ¿Cómo? ¿Qué? ¿Leí bien? ¿Alrededor del sol? ¿Qué dice el loco este? Hereje! Si la tierra es el centro del universo! ¿Cómo los planetas van a girar alrededor del sol? Está loco, sí. Kepler está loco! A la hoguera. No, mejor al manicomio. Sí, al manicomio…
Mmm…lejos de estar loco, este muchacho fue un gran estudioso (un bocho…) y por sobre todo: un corajudo! Qué aguante hay que tener para plantarsele a la iglesia y decirles: “no, no, olvídense, Copérnico decía la posta, gente, no somos el centro”. En lo único que le pifiaba don Copérnico, era en pensar que los movimientos eran en órbitas circulares. Pero, ¿Para qué lo voy a explicar yo, si Kepler lo hace mucho mejor…?


Primera Ley: Todos los planetas se desplazan alrededor del Sol describiendo órbitas
elípticas, estando el Sol situado en uno de los focos.


Segunda Ley: El
radio vector que une el planeta y el Sol barre áreas iguales en tiempos iguales.


Tercera Ley: Para cualquier planeta, el cuadrado de su período orbital (tiempo que tarda en dar una vuelta alrededor del Sol) es directamente proporcional al cubo de la distancia media con el Sol.

Ahora bien, si hablamos de movimientos simples, sería apropiado clasificarlos según la forma de la trayectoria y el modo en que se da este movimiento.
La forma podría ser: recta, circular, parabólica, espiral, elíptica, entre otras.
El modo: uniforme, uniformemente variada, variada u oscilatorio.

Un
movimiento es rectilíneo cuando describe una trayectoria recta y uniforme cuando su aceleración es nula. Esto hace que la velocidad media entre dos instantes cualesquiera siempre va a tener el mismo valor.
Un tren avanzando con una velocidad constante, es el clásico ejemplo de un movimiento rectilíneo uniforme. Ahora bien, un movimiento uniforme, puede ser también circular, como el caso de un reloj a cuerda. O bien espiralado, como los electrones o protones, girando en un campo magnético.
Cuando la velocidad crece de manera gradual y aumenta proporcionalmente con el tiempo que transcurre –es decir, la aceleración es constante- el movimiento es uniformemente variado.
El movimiento variado uniformemente, puede darse en forma recta, como un niño tirándose de un tobogán; de forma circular, como el ventilador desde el momento en que se lo prende hasta que llega a su velocidad esperada; o espiralaza, como el agua del inodoro, de la pileta, o las galaxias.
Cuando la velocidad del móvil no es constante, esto es, puede aumentar o disminuir durante la trayectoria, se habla de movimiento variado.
El agua del cauce de un río, en su fluir natural, en función de las distintas profundidades –entre otras variables- puede ir variando. El ejemplo más categórico de movimiento variado, de forma elíptica, es el del movimiento de los planetas alrededor del sol, como nos anticipó Kepler.
El movimiento oscilatorio se da en torno a un punto de equilibrio estable. Los puntos de equilibrio mecánico son, en general, aquellos en los cuales la
fuerza neta que actúa sobre la partícula es cero. Si el equilibrio es estable, pequeños desplazamientos darán lugar a la aparición de una fuerza que tenderá a llevar a la partícula de vuelta hacia el punto de equilibrio. Tal fuerza se denomina restauradora.
Hablándo de movimientos oscilatorios, no se puede dejar de hablar del péndulo, y sus 4 leyes:
1) El tiempo de oscilación o período, Es proporcional a la raíz cuadrada de la longitud del péndulo, Es inversamente proporcional a la raíz cuadrada de la aceleración debida a la gravedad.

2) Las pequeñas oscilaciones del péndulo son isócronas, aunque su amplitud disminuya poco a poco.
3) El plano de oscilación es invariable: aunque se haga girar el punto de suspensión, el péndulo oscilará siempre en la misma dirección. Dicha invariabilidad es debida a la inercia de la materia.
4) El período o tiempo de oscilación doble es independiente de la sustancia de que está hecho el péndulo.




2 comentarios:

  1. Este Kepler... tiene cada amigo !!!
    Muy interesante el trabajo, te felicito Emi !!!

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  2. Los movimientos simples y los complicados. Muy bueno el blog, te faltó la carta astral.

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